La envidia es desear algo que tiene el prójimo, pueden ser cosas materiales, espirituales, etc., pero desearlas de una manera mala, con furor y todas las ganas. Y allí se le interpone la caridad, para frenarla, porque la envidia hace tanto mal al que la tiene y a la persona envidiada, por eso si nos senetimos envidiados
tenemos que hacer actos de caridad para con esa persona. Ayúdame Jesús a no envidiar a nadie y conformarnos con nuestras propias cosas. Gracias Jesús y María.
La envidia es un pecado capital, del cual surgen muchos pecados entre ellos el homicidio. Que Dios nos libre de la envidia. Amén.
ADRIÁN PRUNOTTO
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