El amanecer más bello, el paisaje más hermoso, solo puede ser profunda y plenamente disfrutado, si en el corazón de quién lo contempla, habita Dios.
Que a lo largo de cada día, hora, minuto y segundo, la bendición de Dios te acompañe para que pueda verlo todo através de sus ojos.
Ten presente y confía, en que este será un tiempo colmado de bendiciones.
De tí, depende en gran parte, desarrollar tu capacidad de asombro y el Don de la alabanza, dando gracias al Señor en toda circunstancia, y bendiciendo, incluso en los días oscuros que puedan presentarse, de manera tal que junto a Dios, puedas ser victorioso en todas tus empresas.
(Salmo 63,8) Porqué Tú Señor, eres mi auxilio, a la sombra de tus alas me recreo.
GUSTAVO E. JAMUT
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