Lectura lenta y en actitud de recogimiento
Romanos 11, 33-36
"¡Qué profunda es la riqueza, la sabiduría y la prudencia de Dios.!.
¡Qué insondables sus decisiones, qué incomprensibles sus caminos!
¿Quién conoce la mente de Dios? ¿Quién fue su consejero?(...)
De él, por él y para él, existe todo. A él la gloria por los siglos. Amén"
Te adoro Señor Jesús, gracias por haberte hecho hombre y enseñarme
la humildad que hay que tener en todas las cosas.
Adoro tu Sabiduría, que nosotros creemos que tenemos todo bajo control
y Tú decides al final que vamos a hacer.
Te agradezco por Tú Sabiduría infinita que sabe que es lo que más nos
conviene y en que momento a cada uno de nosotros.
Gracias Madre Mía, Trono de Sabiduría, por acompañarnos en estos designios
de Tú Hijo que nosotros entenderemos cuando vayamos al Cielo. Gracias.
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