Amar al prójimo como a nosotros mismos

Queridos hermanas y hermanos, debemos por mandato divino amar a nuestro prójimo sea quien sea, esto y el Primer Mandamiento Amar a Dios sobre todas las cosas, nos hace Santos y nos lleva al Cielo directo. Pero por favor no mintamos, no engañemos, tratemos a los demás desde la posición de esclavos indignos, así los podemos servir mejor y ayudarlos hasta que duela, como dijo la Beata Teresa de Calcuta. No nos olvidemos fácilmente de asistir a nuestros hermanos, porque esto es lo que sucede siempre, debido a las insidias del demonio de la acedia, que nos quita las ganas y el interés, de amar a nuestro prójimo. Pidamos a Dios Padre no caer en esta trampa, El junto con María Auxiliadora serán nuestra ayuda. Amén.






ADRIÁN PRUNOTTO