Dios, abomina la Injusticia y para paliarla nosotros somos sus brazos para ayudar a la gente más pobre y necesitada. Dios abomina también el despilfarro de dinero, vivir en casas suntuosas, tener el último y más caro auto cero kilómetro, es una cachetada a la gente pobre. Para no ser injustos seamos humildes, ayudándo principalmente a los que menos tienen. Hagámoslo y la Paz del Señor Jesús descenderá sobre nosotros, lo mismo que cantidades de Gracias espirituales. Amén.
Adrián Prunotto
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