Nuestro Dios Padre nos creó para que fuéramos felices, en esta tierra y después en la Eternidad, por eso todos los problemas, angustias, miedos, tristezas debemos combatirlos de la mano de Dios y María.
Ellos junto a Jesús y el Espíritu Santo, nunca nos dejan solos, nos acompañan siempre junto a nuestros ángeles de la guarda. Así que con Dios y María no temamos nada que nos pueda ocurrir. Ellos son nuestros Guardianes en toda situación de la vida, en cada problema, Ellos están, en cada tristeza por más profunda que esta sea, ellos están. Con la Santísima Trinidad y María hay Victoria.
Gracias Señor Jesús, por acompañarnos en todo, defendernos de todo, estar en todo, en cada paso que damos. Gracias María por tu amor maternal que siempre nos saca las piedras del camino.Amén.
ADRIÁN PRUNOTTO
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