Todos somos parte de la historia,, nadie pasa desapercibido por el mundo, es cierto que hay algunos mas descollantes que otros y no son olvidados, pero la mayoría somos olvidados por el mundo, pero nunca por Dios y su Madre la Reina de todo lo creado, menos pero casi igual que su Hijo nos quiere a todos por igual.
La limosma que damos a un indigente, no queda allí, así mismo en el mismo momento que damos una semillita de Amor se pone en nuestro corazón.
No despreciemos nunca a nadie y no seremos despreciados, todos tenemos algo para dar a este mundo, que nos tocó vivir.
Señor Mío y Dios Mío, que deje de despreciar a mi prójimo, poniéndome en el lugar de un rey y criticando a todos los demás como si fueran mis vasallos, Gracias Señor Jesús, Gracias María por ayudarme a ser humilde. Amén
ADRIÁN PRUNOTTO
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