Cómo San Ignacio de Loyola el fundador de la Compañía de Jesús, debemos con nuestros pensamientos, palabras y obras, dar Gloria a Dios en todo. Esta debe ser una constante nuestra, porque si realmente lo hiciéramos, seríamos felices, ya que con este Gloria a Dios, también bendecimos a nuestro prójimo y a nosotros mismos. Pidámos a Dios que merecidamente, le demos Gloria todos los Días de nuestra vida y que a partir de ahora no nos olvidemos más de Él.
ADRIÁN PRUNOTTO
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